Mazel Tov, Nico!

Este Shabat, nuestro querido Nico Bluftein será oficialmente Bar Mitzva.

Muchas felicidades para él y su familia!


"Para mí ser Bar Mitzvá significa ingresar definitivamente a la religión judía a la cual siento que pertenezco aún antes de nacer. Ser Bar Mitzvá es convertirme por ley en un ADULTO, con todos los derechos y las obligaciones que eso implica. Cumplir las mitzvot que la Torá me enseña, es parte de este mandato."

Nico

Parashat Noaj, por G-dcast!

Esta semana les traemos el video de la parasha de la semana: Noaj.

El Secreto del cuadro, de Miriam Yanco

Había una vez un cuadro colgado en el living de la casa de la Bobe Delia.
No era precisamente un cuadro grande, más bien era tamaño mediano. El marco era de color marrón, parecido a tantos otros marcos. Pero este cuadro en particular, era antiguo y muy llamativo. Claro depende de quien se tomara su tiempo para observarlo. La pintura mostraba a dos hombres corriendo en un campo, o también podía ser un bosque, porque arboles se veían. Uno de los hombres era un poquito más viejo, el otro en cambio era más joven; o al menos eso parecía. Ambos vestían sobretodos largos. Uno con sombrero, el otro con kipa. Por debajo de sus abrigos, asomaban los tzitzit de cada talit que vestian. Se parecían mucho a los que la mora había explicado como jasidim.
Pero habíia " algo" una " cosa" un objeto, que no se distinguía qué era y qué sostenían entre sus brazos mientras corrían.
El nieto de la Bobe Delia siempre preguntaba:
- ¿Por qué corrían esos hombres? , ¿Qué cargaban en sus brazos?, ¿Por qué sus rostros eran de preocupación?
En realidad nunca recibió ninguna respuesta que lo conformara. Y si alguien inventaba alguna historia, el sabía muy bien que no era cierta.
El nieto de la Bobe Delia penso que tal vez no querían contestar a sus preguntas. Probablemente algun secreto se escondía dentro de aquellas imágenes, pero ¿cual? O, la verdad era tan dificil de explicar, que si alguien la conocía no se animaba a decirsela.
La situación se repetía una y otra vez. Cada oportunidad en que él se acercaba a algun adulto, con sus inquietos ojos verdes, y comenzaba a preguntar sobre el cuadro, lo miraban casi con miedo. Y cuando sus rosados labios empezaban a pronunciar ¿Por qué?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, y... ¿Entonces?, Los adultos se ponían nerviosos y se volvían sordos. Bueno... en realidad... este... claro... ¿hiciste tu tarea?
Siempre la misma vacilación. ¿Acaso pensaban que él era un tonto?.
¿No sabían que ya había cumplido diez años y estaba en quinto? La mora del shule simple respondía a sus preguntas. En cambio en la casa de la Bobe Delia no.
Su curiosidad aumento mucho más ante el silencio de los otros.
Un dia, el nieto de la Bobe Delia miró, miró, y miró... y de pronto, como sucede en los dibujos animados de la televisión, los personajes saltaron del cuadro y se sentaron a su lado.
El nieto de la Bobe Delia se puso duro de miedo, no podía hablar, no hizo ningún gesto, y no se animaba ni siquiera a mirarlos.
Ellos le sonrieron y acariciando su cabello rubio le preguntaron:
- ¿Cómo te llamas?
El nieto de la Bobe Delia pensó: ¿Estaré soñando? . Pellizco su brazo y ¡vaya que grito dio!
Definitivamente lo que estaba pasando era absolutamente real.
Un poquito ansioso y tembloroso contestó:
- En el shule me dicen Gaby.
Los señores lo miraron extrañados.
Es el diminutivo de Gabriel - agregó el nieto de la Bobe Delia-, pero se dió cuenta que no lo entendían. Claro ellos pertenecian a otra época, -pensó- a otros años de la historia del mundo, cuando el nombre Gabriel aún no se usaba diariamente.
Gaby continuaba rigido, mudo. Entonces los hombres le preguntaron:
- ¿Por qué siempre que venis a visitar a la Bobe nos mirás? ¿Por qué pasás horas y horas frente a nosotros observándonos?
Al escuchar el tono cálido de sus voces, Gabriel se aflojó y se sintió más tranquilo. Entonces en lugar de responder, se animó a preguntar:
- ¿Quienes son ustedes?, ¿Por qué tienen esa cara de preocupación?, Y lo que más me interesa, ¿Qué esconden entre los brazos? .
Sus palabras se apretujaban en la garganta, era tanto lo que quería preguntar, que apenas le alcanzaba el aire de la respiración. Debía apresurarse, o tal vez ni hiciera a tiempo de saber el secreto del cuadro.
Los señores se miraron sin saber que responder, y lo interrogaron con mucha seriedad:
- ¿Por qué tenes tanto interés en saber qué tenemos escondido entre los brazos?
Tratando de disimular la creciente ansiedad que sentía, Gabriel afirmó:
- ¡Es simple curiosidad!
Los protagonistas del cuadro murmuraron algunas palabras, y con voz suave y pausada comenzaron a narrar:
- Mi nombre es Herzque, dijo el mayor de los dos, y mi amigo se llama Yankl. Los dos vivíamos con nuestras familias en un país que se llamaba Polonia, en la ciudad de Lodz. Corría el año 1939, es decir, hace mucho tiempo. Era una época muy dificil para nosotros los judíos, porque se habia declarado la segunda guerra mundial.
Gabriel los escuchaba atentamente. Sus oídos, como las antenas de televisión que se ven en las rutas, no perdían una sola palabra. Los ojos absorbían cada movimiento de aquellos que relataban lo que para él, era uno de sus mayores deseos: conocer el secreto del cuadro.
- Alemania, - continuo Yankl, el de la kipa, - había invadido Polonia y como odiaban a los judíos, los encerraron en ghettos. ¿Sabés lo que es un Ghetto?.
Gabriel asintió con la cabeza, como si supiera de lo que hablaban.
En realidad aunque había escuchado esa palabra muchas veces, no tenía muy claro lo que quería decir. Sin embargo, no se animó esta vez a interrumpir el relato. En todo caso, le preguntaría a su mora que siempre le explicaba todo.
- Los judíos encerrados en ghettos vivían en muy malas condiciones, agregó Hertzque, y cuando eran demasiados, venían los soldados alemanes, los metían de a miles en trenes y los enviaban a campos de trabajos forzados. Allí muchos morían solos o los mataban.
- ¿Escuchaste hablar de Hitler y de sus intenciones para con los judíos del mundo? - quiso saber Yankl.
A esta altura de la narración, Gabriel pensó en sus abuelos, y no pudo dejar de sentir una profunda pena. Con tristeza les contestó:
- Mis abuelos también nacieron en Polonia, solo que ellos lograron escapar antes de que los encerraran en el Ghetto.
- Aja, - replicaron los dos-, entonces sabes perfectamente de lo que hablamos.
- Nosotros igual que tu Zeide y tu Bobe, alcanzamos a escapar, solo que casi no llegamos a tiempo, y por eso, en el cuadro, nos ves preocupados, apurados y corriendo. Fue una de las últimas oportunidades que hubo para salir de aquel infierno.
De pronto callaron. Sus ojos se entornaron como si retrocedieran en el tiempo y la situación los atrapara nuevamente. Algunas lagrimas rodaron por sus mejillas, Gabriel casi sintió que él mismo corría con ellos; sin embargo no pudo dejar de insistir:
- ¿Entonces que escondieron entre sus brazos?
La curiosidad enrojeció su rostro. Sentía que estallaba ante la revelación del secreto.
Hertzque y Yankl más calmados, confesaron que, luego de haber meditado bastante, decidieron llevar dos libros de la Tora del shil de Lodz.
- ¿Cómo es posible?, -vociferó Gabriel-. En un momento tan dificil, cuando uno pensaría en comida, abrigo, dinero... ¿¡Dos libros de la Tora!?
Los judíos del cuadro comprendieron que Gabriel debía aprender que en la vida, no solo es importante saber hacia donde nos dirigimos, sino tambien conocer de donde provenimos. Por ello le explicaron:
- Si el egoísmo se hubiera adueñado de nosotros, -explico Hertzque- solo hubieramos pensado en nuestras pertenencias. De haber sido así, ¿Cómo hubieran podido saber las generaciones siguientes sobre las aventuras y misterios que encierra nuestra Tora?, ¿Quién les habría contado a los niños, las hermosas historias de vida de nuestra Tora?.
Gabriel se avergonzó y sus mejillas se inflamaron. ¿Acaso podía contestar que muchas veces él no había prestado atención a la mora y a sus explicaciones sobre la Tora?
- ¡Era absolutamente necesario que preservaramos y cuidaramos los rollos de la Tora!!!. Quizás cuando tengas tus propios hijos, comprendas lo que hoy afirmamos - concluyó Yankl, con voz firme y enérgica.
Gabriel comprendió. Las palabras sobraban. Su corazón latía con fuerza. No sólo ahora conocía el secreto del cuadro, sino que había aprendido el valor del mismo.
De pronto se escuchó el ruido de una puerta cerrarse. Hertzque y Yankl se sobresaltaron. Se acercaron a Gabriel, lo besaron dulcemente y le susurraron con un hilo de voz:
- Cada vez que te detengas a observarnos, - se despidio Hertzque-, detené tu vista en mi ojo izquierdo; allí, por encima de mi lágrima pintada, descubrirás un parpadeo. Eso significará que estoy acompañándote a ti y a la vida de todos los judíos de la Argentina. ¡No te olvides!, insistieron los dos con mucho ímpetu. Y antes de que alguien más se enterara de lo ocurrido, como por arte de magia retornaron al cuadro.
Emocionado aún por la experiencia vivida, Gabriel notó que su mamá se paraba a su lado. Apenas podía disimular su alteración.
- ¿Qué te pasa hijo?, - lo interrogó su madre, y agrego: - ¿Acaso rompiste algo y no me querés contar?.
- No mamá, sonrió Gabriel, sólo estaba mirando el cuadro en el que esos dos judíos estan huyendo a través del campo de Polonia, y sostienen dos libros de la Tora.
La mamá boquiabierta de asombro, no supo responder. Su hijo, su pequeño y travieso hijo, acababa de poner en palabras, el significado del celoso secreto del cuadro, tan bien guardado hasta ese ida.
Como lo había averiguado, no interesaba. Si importaba y mucho, el tremendo orgullo que su corazón de madre palpitaba. Con gran satisfacción abrazo a Gabriel, y por ese día se despidieron del cuadro...
El cuadro continuó y continua hoy colgado en la casa de la Bobe Delia. Pero ahora son tres los espectadores, a saber: Papa Gabriel y sus dos hijas, Karen y Ariela.
Cada vez que se acomodan para contemplarlo, Gabriel concentra su atención en el ojo izquierdo de Hertzque. Y allí, por encima de la lágrima pintada, misteriosamente el ojo parpadea. Entonces, una alegria intensa y profunda lo embarga, y lo hace sentir más seguro.
¿Sabes una cosa?, el otro día, durante la cena de Rosh Hashana, la hija menor de Gabriel, Ariela, entró corriendo agitada al comedor, donde la familia disfrutaba de la sobremesa. Gritaba, reía, sus palabras se entrecortaban, casi no podia hablar.
Papa Gabriel abrazó a la niña, la calmo, y le pidió que explicara el motivo de semejante escándalo.
Su hija, su pequena y traviesa hija, relato como el ojo izquierdo de uno de los senores del cuadro del living de la Bobe Delia, parpadeaba. ¡O lo que era mejor!, ¡Le habia guinado el ojo a ella!.
Los presentes se rieron, y Gabriel, con el corazon de nino latiendo nuevamente, le susurro al oido tiernamente:
- Creo que ha llegado el momento de que te cuente la historia de Hertzque y Yankl, dos judios de Polonia, de la ciudad de Lodz, de la segunda guerra mundial... pero mira que es un secreto...

Qué interesante!

Resulta que nos mandaron un e-mail con un link a G-dcast.
De qué se trata?

Simplemente, unas personas se dieron cuenta que a veces estamos con poco tiempo para leer, estudiar y aprender lo que dice la Tora, por lo tanto, decidieron armar pequeños videos animados, contándonos de qué se trata la parasha (porción) de la semana.

Les dejamos el primer envío, Parashat Bereshit.
(es en inglés... trataremos de subtitularlo para la próxima!)

Las primeras!

Mazal Tov a Stefi y Barbi, quienes tendrán la responsabilidad de convertirse en bnot mitzva leyendo el comienzo de la Tora, Parashat Bereshit.
Extendemos las felicitaciones a sus familias y amigos!!

"Para mí ser Bat Mitzvá es ser más madura respecto a mis responsabilidades. Es la puerta de un camino más sabio hacia la religión, es poder formar parte del pueblo judío.Y cuando me pongo a pensar digo: no lo puedo creer, soy hija de los preceptos que es algo muy importante y lo comparto con familia y amigos.Gracias todos los que me acompañaron en este momento tan importante para mí."
Stephanie


"Para mí ser Bat Mitzvá es ser y pertenecer al pueblo judío, cumpliendo con mis responsabilidades, haciendo mejores acciones, y cambiar como persona, porque cuando hacés el bat no sos la misma que antes, te enriquecés espiritualmente por dentro y por fuera. Esta es una de las vivencias más importantes que me pasó en toda mi vida, nunca estuve tan orgullosa. Quiero darles las gracias a todos y a cada uno de los profesores de Talmud Torá, porque gracias a ellos estoy cumpliendo uno de los sueños más hermosos de mi vida."
Barbi

"La boda del hermano" - Simjat Tora

Se cuenta que una persona sencilla sintió plena alegría sobre todo una vez en Simjá Torá…
Le preguntaron: "¿Por qué usted está tan alegre y feliz en Simjá Torá? Usted aprendió mucha Torá durante el año?" Él contestó, "Cuándo mi hermano casa a su hija, podría yo no participar en su regocijo?"
Esta es la respuesta de una simple persona, según su limitado conocimiento. Sin embargo, es toda la verdad. Simjá Torá no es "La boda de un hermano," la alegría de otro, sino la alegría personal de cada judío. No se deriva de la sabiduría de la Torá que hay una distinción entre un judío y otro; la alegría proviene de la ascencia de la Torá, que es igualmente pertinente a cada judío.
Si nosotros estuviéramos celebrando Simjá Torá a través del aprendizaje, la distinción entre un estudioso de la Torá y una persona simple se subrayaría; sin embargo, bailando juntos, el más grande de los grandes y el más simple de los simples son iguales.
Es más, para la persona simple la alegría es más pura que para el estudioso de la Torá, es probable que la alegría del estudioso de la Torá sea "adulterada por" la alegría de entender la Torá, que no es el caso de la persona simple.
Más aún, si nosotros estuviéramos alegrándonos con la Torá, aprendiendo y analizándola, la alegría se limitaría según el grado de la comprensión; sin embargo, cuando nosotros nos regocijamos con el ser de la Torá, este regocijo no tiene ningún límite.

Qué experiencia!!

El pasado viernes 17 de octubre, vivimos una experiencia maravillosa. Fueron parte de esta actividad el Equipo de Talmud Torá, los talmidim, la Rabina Silvina Chemen y los hermanos de la Parroquia San Patricio junto a su grupo de catequesis. Transformamos la suca en una "sucat shalom" ya que intercambiamos opiniones, vivencias, experiencias y explicaciones referentes al judaísmo y cristianismo.

Compartimos momentos que nos dejaron pensando en el crecimiento y en todo lo positivo que esto genera. Antes de finalizar, la pintora Silvia Mongiardino, nos relató como llegó a pintar el libro "Un Dios Compartido", y regaló algunos ejemplares a los docentes. Actividades como estas nos estimulan a seguir adelante en el camino en el que acompañamos a nuestros queridos Benei Mitzvá a profundizar sus valores judaicos y la diversidad interreligiosa.



Mazel Tov!

Este Shabat Meli comienza el camino de las Mitzvot!
Felicidades para ella y su familia!



"Siento una alegría con mezcla de orgullo al empezar a formar parte de mi pueblo, de continuar y empezar a escribir mi historia con mi sentir judaico.El ser Bat Mitzvá, es un conjunto de responsabilidades. Una de ellas es ser responsable ante Dios y ante la comunidad de mis actos.Así como lo hicieron mis abuelos, mi mamá. Y en este camino me encuentro..."
Melina Supanichky

Las cuatro especies

En Sukot los símbolos prescritos por la Torá, aparte de la propia Suká, son los “Arbaat haminim”, las “Cuatro Especies”.

Tal como está escrito en la Torá:“Y tomarán el primer día [de Sukot] gajos con fruto de árbol hermoso, ramos de palmas, y ramas de árboles espesos, y sauces de los arroyos; y se regocijarán delante de Hashem vuestro D's por siete días.” (Vaikrá - Levítico 23:40)

Nuestros sabios, en Masejet Suká entendieron que estos frutos se referían a:
“fruto de árbol hermoso”=Etrog (cidra, que es un fruto cítrico);
“ramos de palma”=Lulav (una palma cerrada);
“ramas de árboles espesos”=Hadas (tres ramas de mirto);
“sauces de arroyo”=Aravá (dos ramas de sauce, generalmente sauce llorón).
Las cuatro especies tomaron las características de diferentes tipos de seres humanos. El aroma se igualó a los actos correctos, el sabor como el conocimiento.
Así los rabinos generaron una tipología única. El etrog, con sabor y aroma, representa a la persona sabia que desarrolla buenos actos. El mirto, con aroma pero sin sabor, es la persona justa pero ignorante. El lulav, con sabor pero sin aroma, indica a la persona con conocimientos, pero que no realiza buenos actos. El sauce, sin sabor ni aroma, es el tipo de persona del que todo el mundo nos alejamos.
Y ¿qué hizo D's de acuerdo con el midrash? El Todopoderoso dijo: “Que se unan todos con un solo lazo de hermandad, y que uno procure complete al otro”.Así esta fiesta nos enseña a integrarnos, con los que son parecidos a nosotros y los que son diferentes. Unirnos bajo el mismo techo, que es el cielo, para hacernos uno, en la dimensión humana, en la conciencia de pertenecer a este pueblo. Hacernos uno, los grandes y los chicos, los abuelos con los nietos, los amigos; los nuestros y los de nuestros hijos.

Las respuestas!!

Ayer te desafiamos a responder 10 preguntas sobre Sucot.
Hoy: las Respuestas!

Y no te olvides de mandarnos tus preguntas para los invitados del viernes (si tenés verguenza porque alguna pregunta puede sonar tonta, no te preocupes, SON ANÓNIMAS!)

Ahora si, las respuestas!

1. Debe crecer del suelo, haber sido desconectado del suelo, y no ser receptor de tumá (impurificación ritual).
2. Porque el precepto de vivir en una sucá es habitar en la sucá durante siete días, igual que uno vive en la casa el resto del año (Mishná Berurá 640:13)
3. Comer (una comida "establecida") y dormir (Oraj Jaim 639:2)
4. Una. Comer una comida en la sucá la primera noche de Sucot. El resto de la fiesta, se puede comer los tipos de comida que no exigen ser comidos en la sucá (Fuera de Israel, se debe comer una comida también la segunda noche de Sucot, pero ¡no hay requisito de vivir fuera de Israel!) (Oraj Jaim 639:3)
5. Belleza (Ramban, Vaikra 23:40)
6. La columna debe tener por lo menos 4 tefajim (anchos de mano halájicos)
7. 33.3 % (Oraj Jaim 656:1)
8. Porque reunió (kihale) amplia sabiduría, y porque él, como rey, reunía a la nación en Sucot, tras el año sabático. (1:1)
9. Bal Tosif: No agregar a las mitzvot. El precepto de residir en la sucá se aplica solamente siete días. El que se sienta en la sucá el octavo día con la intención de cumplir con la mitzvá transgrede "bal tosif" (Oraj Jaim 666:1) 10. Representa el palio nupcial, lo cual simboliza que a través de la Torá nos casamos con D's.

Sucot...cuánto sabés?

En la entrega de hoy, te ponemos a prueba a vos y a tu familia...
Van 10 preguntas sobre Sucot...
El primer comentario que recibamos con las respuestas, tiene premio!*

1. Según la Torá, ¿cuáles son los tres requisitos básicos con que se define que un material es válido para ser empleado como techo de la sucá?
2. Si la sucá nos causa una molestia (como cuando hace mucho frío), hasta el grado en que en condiciones parecidas uno saldría de su propia casa, uno está exento de la mitzvá. ¿Por qué?
3. ¿Qué dos cosas está prohibido hacer fuera de la sucá todos los días de la fiesta?
4. ¿Cuál es el mínimo absoluto de comidas que una persona puede comer en la sucá en el lapso de estos siete días?
5. Además de referirse al árbol y a su fruto, ¿qué significa literalmente la palabra "etrog"?
6. ¿Cuál es la longitud mínima del lulav?
7. ¿Cuál es el porcentaje máximo que una persona debe agregar al precio de su etrog a fin de obtener un etrog de mayor belleza?
8. El Shabat que cae durante el festival de Sucot, se lee el Libro de Kohelet, en el que el Rey Salomón se refiere a sí mismo de Kohelet. ¿Por qué se lo llama Kohelet?
9. ¿Qué prohibición se puede transgredir simplemente por sentarse en la sucá el octavo día de Sucot?
10. Encima de las personas que leen el fin de la Torá y el comienzo de la Torá, se extiende un talit. ¿Por qué?


*A ser entregado el próximo viernes en el curso.

Tenemos visitas!

El staff de Talmud Torá de Bet-El se complace en anunciar que este viernes (17/10) vamos a tener una actividad especial interreligiosa para festejar Sukot!
Como queremos que sea una sorpresa, sólo les vamos a decir que vamos a compartir una tarde con chicos y profesores de la parroquia San Patricio y, también, que necesitamos que todos y cada uno de ustedes empiece a participar desde ahora: les pedimos que se tomen un tiempo para pensar qué tendrían ganas de preguntarle a nuestros invitados y que envíen todo lo que se les ocurra a nuestro e-mail. ¡No se pierdan esta oportunidad única!

¡Aprovechen la posibilidad de evacuar absolutamente todas las dudas que tengan acerca del catolicismo!

Por cuestiones organizativas, les pedimos por favor que lleguen a las 17 hs. en punto. Esto es muy importante para poder preparar todo lo necesario y tener el espacio en condiciones para recibir a nuestras visitas.

Por otro lado, les contamos que esta actividad también está abierta a sus padres: aquellos que quieran acompañarnos están invitados a hacerlo a partir de las 17.30 hs.

¡Esperamos recibir muchas preguntas!

Saludos,

Equipo TT

Vamos por más!

Si pensamos que Tishrei es un mes lleno de fechas importantes* y que ya es suficiene, nos equivocamos...

Hoy a la noche, cuando salga la primer estrella, vamos a vivir Sucot.


Día a día vamos a ir subiendo diferentes posts relacionados con esta festividad.


Jag Sameaj para todos!





*Ya tuvimos Rosh Hashana y Iom Kipur

ShaariEl, el ángel de Kipur

Por Rab. Marcelo Polakoff*

10 de Tishrei , atardecer de Iom Kipur,
desde algún lugar de Shamaim, de los cielos

Queridos Amigos:
Jatimá Tová!!!
Me imagino que se habrán sorprendido un poco al escuchar mi dirección.
Es que soy un ángel. Déjenme presentarme.
Mi nombre es ShaariEl, y soy el responsable aquí arriba de cerrar los portones del cielo. Es decir que vendría a ser una especie de San Pedro en versión original y por supuesto judía. Y si no me fallan los cálculos, y en general por aquí fallan poco, en menos de 20 minutos aproximadamente voy a cumplir con mi función de portero, justo justo cuando ustedes estén terminando el servicio de Neilá.

¿No es fantástico mi puesto? ¡El único día del año que tiene 5 tefilot, y a mí me toca el honor de clausurar la última!
¿Cómo viene el ayuno, se sienten bien? Esperemos que sí.
¿Y el resto de las mitzvot de Kipur las están cumpliendo?
Recordémoslas por las dudas: Más allá de que esté prohibido comer, tampoco se puede trabajar, beber, bañarse, tener relaciones sexuales y usar zapatos de cuero. Aunque imagino desde estas alturas que en este último punto andamos bastante mal. Debe haber muy pocos locos con alpargatas.

Sí, sí, comprendo que es un pedido muy extraño. Sin embargo, antiguamente, se lo asimilaba por un lado con una cuestión de ostentación. En este sentido me parece que ahora tendríamos que cambiarlo por otras prendas, ¿no? Pero por otro lado, esta cuestión de no usar zapatos de cuero, de neilat sandal, también estaba vinculada al hecho de estar más en contacto con la tierra, un poco detenido, sin andar mucho.

Es probable que recuerden que D’s mismo le pidió a Moshé, la primera vez que se presentó ante él desde la zarza, que se sacara los zapatos porque estaba pisando tierra sagrada. Yo sé que la analogía no es tan tan precisa, porque ninguno de ustedes es Moshé, y tampoco es que en este momento estén participando de la revelación divina.

Pero podríamos convenir en que Iom Kipur en vez de admat kodesh, tierra santa, es zman kodesh, tiempo sagrado; de hecho, el más sagrado del año, y que de alguna manera simbólica, el que sus pies estén más livianos, podría ayudarlos a elevarse aún más alto.
Extraño, ¿no? Pareciera ser que para elevarse hay que estar más en contacto con la tierra. Pero hay más al respecto.

Fíjense que sus jajamim, sus sabios, legislaron que si alguien tenía que venir desde muy lejos caminando a la sinagoga, podía llegar con sus zapatos de cuero, que evidentemente son los más cómodos para una larga caminata, y allí dentro cambiarlos por alguna especie de ojota o chancleta más sencilla.
Muy bien. Puede ser que hasta ahora estuve muy técnico, pero recuerden que soy ShaariEl, el portero del cielo, y les escribo para revelarles algunos secretos que después de tantos siglos, ya no quiero conservar solo.

¿Alguien prestó atención a cómo se dice en hebreo, el idioma que acá arriba es como el inglés, el hecho de usar zapatos? Neilat sandal. ¿Les suena, no?
NEILA. Bella palabra.

Casi todos saben que significa “cierre, clausura”, y que por eso esta tefilá que están haciendo lleva este nombre, porque el portón que nuestro Jefe por su propia cuenta abrió en Rosh Hashaná, yo mismo, ShaariEl, estoy a punto de cerrarlo.
Pero NEILA también significa “calzarse, ponerse los zapatos”. Y aquí tenemos un primer secreto para develar.
La paradoja de que cuando termina NEILA, ése es el momento en el que hay que volver a la NEILA de ponerse los zapatos de cuero.
¿Saben por qué? Porque empieza una caminata muy larga, pero muy prometedora a la vez.
Porque cuando se te cierra la puerta, es cuando más se necesita que te vuelvas a poner en tus zapatos para emprender nuevos rumbos.

Amigos: ustedes y yo sabemos lo que significa que se cierren las puertas; tenemos hasta la sensación física de percibir a veces en nuestras propias narices cómo el hierro frío de un portón gigante nos deja afuera. Y vemos, a distancia, como esa imagen que parecía de luz brillante se va tornando un tenue y delgado hilito que finalmente desaparece.
En mi caso, me toca una vez por año, pero ustedes, allí abajo, demasiadas veces se golpean frente a lo que no va a volver a abrirse.

Por eso también les escribo; para revelarles que Iom Kipur es justamente un modelo fantástico para aprender del fracaso, algo tan humano que a mí me cuesta captar, pero que con tantos años encima, empiezo a celar precisamente por carecer.
Es que he notado, queridos humanos, que hay pocas sensaciones tan maravillosas como la de convertir la derrota en derrotero. Como ven, el castellano también tiene su sabiduría.
¿Se te cerraron muchas puertas? Es probable. Pero hay que darse cuenta, y esto sí lo sé bien, que las puertas del cielo, y las tuyas, las del fracaso y de la derrota, son siempre giratorias. Otro secreto que les regalo.
Por eso cuando parecen cerrarse, tal vez no veas que en realidad se están abriendo otras. Claro, muchos siguen dando vueltas y se terminan mareando, y otros, pobres, insisten en creer que ya pasaron cuando en realidad permanecen exactamente en el mismo lugar.
Y esto es tan así, que si giramos la palabra “shaar”, “puerta, portón”, y descubrimos en sus movimientos los tesoros que encierra, encontraremos algunas sorpresas.

De “SHAAR”, con sus mismas tres letras hebreas obtenemos “raash”, “ruido”, y “resha”, “crueldad”.
Pero también “eresh” que es “cuna”, y “osher” que es “riqueza”.
Es decir que la misma puerta que se cierra puede encerrarte en el tumultuoso mundo de una condena, pero a la vez puede transformarse en un moisés a partir del cual lentamente te vuelvas a enriquecer.
Puede escucharse como fácil, pero no lo es. ¿Y cómo se hace?
Aquí es donde hay que ponerse los zapatos.

Acompáñenme mentalmente hasta una porción de la Torá, en el capítulo 13 del libro del Éxodo, que tal vez resuma magistralmente la sabiduría de nuestra tradición con respecto al fracaso, y uno más de los secretos de Kipur.
Por supuesto que recuerdan la imagen del pueblo judío escapando de Egipto, con el ejército del Faraón persiguiéndolo a escasa distancia, y de golpe, el camino que se detiene frente a lo majestuoso del mar. (Si alguien cuenta con una imagen más gráfica de lo que implica que se cierre una puerta y no haya salida, que me escriba a la dirección del sobre).
¿Y qué sucede allí?

Los maestros jasídicos, entre paréntesis ¡cómo sabía esta gente!, nos cuentan que el pueblo se dividió en cuatro grupos: el de los que querían volver a Egipto, el de los que querían luchar, el de los que se querían tirar al agua, y el de los que se pusieron a rezar.
Los que quieren volver son los que ni tocan la puerta, y en última instancia, no se acercan. Porque es más cómodo estar entre comillas “afuera”, pero sin el sabor del haber fracasado. Y ni siquiera hace falta que vuelvan. El Egipto ya está en ellos.
Los que quieren lucharla creen que pueden tirar la puerta abajo. Tal vez empiecen golpeando suavemente, pero al no abrirse, insistirán en su arrebato, y es muy probable que a despecho de aceptar que la derrota existe como alternativa, terminen por romperse la cabeza contra la puerta.
¿Qué pasa con los que se querían tirar al agua? Son los que se resignan y aferrados a una manija, que saben inmovil, lentamente se van quedando sin fuerzas, con un llanto conformista soñando con lo que podía haber sido.
Y los que rezan tratan de redefinir el cuadro, cambiándolo de dimensión, y esperando que por misericordia divina, se empiece a escuchar algún chirrido.

Los jasidim definen estos cuatro grupos en base al pasuk, al versículo, en el que Moshé dice al pueblo: “No teman. Permanezcan erguidos y presencien la salvación de Adona’, porque a los egipcios que hoy ven ya no volverán a verlos más; Adona’ luchará por ustedes, y ustedes quédense en silencio” (Ex. 14:13-14).

¿Lo ven? Moshé, nuestro ídolo, con perdón de la palabra, le contestó a cada uno de los cuatro grupos en la misma oración.
A los resignados a punto de tirarse al agua les dijo que no temieran y que se quedaran allí erguidos donde estaban.
A los que querían volver les dejó en claro que nunca más verían a los egipcios. Que esa tampoco era una alternativa.
A los empeñados en la lucha, que D’s iba a luchar por ellos.
Y a los que estaban rezando, que se callen.
Y lo hizo de esta manera porque bien sabía Moshé que en ninguno estaba la salida.
Que cada uno de ellos, con sus diferentes motivos, estaba frente a una puerta infranqueable.
Y hasta aquí habló Moshé.

Pero después de Moshé habló Adona’, Mi Señor, Nuestro Señor, y dijo: “Daber el benei Israel vaisau”, “Dile a los hijos de Israel que marchen”.
En el marchar, en el calzarse los zapatos, en ese profundo acto de confianza y de fe que comienza solamente con un paso, el suelo que no existía debajo de tus pies, cobra vida, y resulta ser que hay camino, que hay una nueva calzada.

Querido Humano, estoy acá un poco solo, ¿sabés?.
Hace de ShaariEl, este fiel portero, tu amigo, tu hijo, tu novio, tu hermano y contestame:

Quiero saber si podés vivir con el fracaso, el tuyo o el mío, y no obstante ello, pararte a la orilla de un lago y gritarle a la luna que "¡Sí!"
Quiero saber si podés ver la belleza, aún cuando no sea bella todos los días,y si podés originar tu vida desde su presencia.
Quiero saber si tocaste el centro de tu desconsuelo, si las traiciones de la vida te abrieron, o si te marchitaste y te cerraste por el miedo al dolor futuro.
Quiero saber si podés sentarte con la derrota, la mía o la tuya, sin intentar esconderla, desvanecerla o arreglarla.

Tengo un secreto más que revelarte.
La gente piensa que los Iamim Noraim van entre Rosh Hashaná y Iom Kipur.
Y yo te digo que es al revés.
Los días más importantes del año son los que están entre Iom Kipur y Rosh Hashaná.

Por eso ahora voy a cerrar la puerta, y vas a ver que si aprendiste de Kipur, ya sabés que es lo que te toca hacer ahora.
No es fácil, pero hay que empezar a bienvenir los fracasos.
¿Cómo si no vas a derrotar a las derrotas? Yo termino Neilá aquí arriba. Vos empezá Neilá allí abajo.
Marchá. Empezá otro derrotero. Y en Rosh Hashaná contame cómo te fue. Yo termino aquí mi carta porque justamente tengo que cerrar.


Les dejo un beso,
ShaariEl

PD: No te olvides que te dejé las llaves adentro de tus zapatos de cuero.


*El Rabino Marcelo Polakoff es graduado del Seminario Rabínico Latinoamericano –promoción 2002- y se desempeña actualmente en el Centro Unión Israelita – Comunidad Judía de Córdoba, Argentina.

El hombre frente a su prójimo*

En Iom Kipur se absuelven los errores que el hombre comete contra su Creador; pero no aquellos que el hombre comete contra su prójimo. Esta idea fue expuesta por Rabí Elazan ben Azariá, que dijo, está escrito: "De todos vuestros errores ante Ad-nai, seréis purificados (Lev. 16:30); de lo que se infiere que: solamente se absuelven los errores que el hombre comete frente a D's. Pero los errores que el hombre comete para con su prójimo, no se absuelven en Iom Kipur a menos que el transgresor ofrezca una satisfacción a la víctima de su irresponsabilidad.
(Mishná Iomá VIII 9)


Véase cuan grande es la recompensa de aquel que propaga la paz entre los hombres. Está escrito: "Construirás un altar para Ad-nai, tu D's, de piedras sin tallar..." (Deuteronomio 27:6). Así pues, si las piedras que no oyen ni ven, que no inhalan ni hblan, las Escrituras, por el hecho de propagar la paz entre los hombres, al ser el receptáculo de los sacrificios, las salvan de la espada al prescribir: "No moverás hierro sobre ellas" (las piedras del altar) (Deuteronomio 27:5). Con mucha razón esto rige también para aquel hombre que propaga la paz entre sus prójimos.
(Pesikta Rabati, Shuva Israel, agregado)


*Extraído del Majzor para Rosh Hashana y Iom Kipur

Mazel Tov!

Este shabat, Shabat Shuva, el primer shabat del 5769, es el bat mitzva de Cami Bitler y el bar mitzva de Eze Cotton.

Muchas felicidades a ellos y a sus familias!!

¡Sección juegos!