Iom Haatzmaut - Día de la Independencia de Israel
Israel - Pasado y Presente
Iom Hashoá Vehagvurá
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:Considerad si esto es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas al vuestros hijos.O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.Primo Levi, "Si esto es un hombre"
El 27 de Nisán (10 de abril de 2010) es Iom Hashoá Vehagvurá: se rinde homenaje a los 6.000.000 de judíos que perecieron en fecha desconocida durante la Shoá. Durante la primera noche de Pesaj en 1943, los judíos confinados en el Ghetto de Varsovia dijeron basta a la exterminación. La resistencia judía había optado morir luchando.
La Shoá fue el asesinato planificado y organizado de 6.000.000 de judíos en el seno de casi 50 millones de muertos ocurrida durante la segunda guerra mundial en Europa. La Shoá representó una poderosa máquina empeñada en deshumanizar al hombre. Pero existió una respuesta judía digna y valiente: cada uno de los judíos lucho como pudo. Hubo levantamientos armados en Auschwitz, Treblinka, Sobibor, en los ghettos de Vilna, de Bialistok, de Varsovia. Morir no enorgullece a nadie. Pero sostener la vida cuando todo alrededor muestra inutilidad, eso es un acto ético y de heroísmo. Hicieron lo que pudieron, resistieron con todas sus fuerzas y de todas las formas posibles.
En la Shoá no murieron 6 millones de judíos, sino que murieron sus mundos, sus ilusiones, su futuro, su descendencia. Cada uno de nosotros tiene un compromiso, un mandato: recordar para no olvidar. La memoria no debe consistir en recordar en silencio, porque nuestra tradición nos enseña que la muerte no paraliza, duele, pero el dolor es motor de cambio, de compromiso, de lucha y de vida. El nazismo no contaba con nuestro recuerdo, por eso debemos hablar.
Todos somos sobrevivientes de la Shoá. Por eso, nuestro compromiso es mantener viva su memoria.
Fuente: http://www.bamah.org/lomdim/luaj/iomhashoa.html


